Mientras estudiaba UCDM, Jesús me hacía enfocarme en «orar, escuchar y seguir». Él me decía: «En lugar de tus analíticas, yo te guiaré y te diré exactamente qué decir, qué hacer y adónde ir. Manejaré todo el tiempo y el espacio si me entregas tu mente. Yo me encargaré de todos los detalles».

¡Esto era alucinante para el ego! ¿Qué quieres decir con «encargarse de todos los detalles»? ¿Qué hay de los pasajes de avión, el transporte, la comida y el alojamiento? El enfoque en «orar, escuchar y seguir», las indicaciones que Jesús me dio, demostraron ser 100% confiables, 100% seguras y 100% ahorradoras de tiempo.

Una parábola con David
Una de mis alumnas de UCDM en los años 90 vino a tomar una taza de té a la mesa de mi cocina en la Casa de la Paz (Peace House). Se sentó y me dijo: «Tengo X cantidad de dinero, y ahora mismo está en el mercado de valores. Estoy orando y preguntándome qué debo hacer con este dinero».

Estábamos tomando nuestra taza de té y dije: «Tienes que salir completamente del mercado de valores ahora mismo». No soy corredor de bolsa, realmente no sigo el mercado de valores, pero simplemente surgió a través de mí, sin esfuerzo, como un llamado al amor.

Y así lo hizo. Volvió y vendió todas sus inversiones. Justo después de eso, el mercado de valores tuvo una caída gigante, un colapso gigante. Entonces volvió y me dijo: «¿Sabes cuánto dinero me has ahorrado con lo que me dijiste?». Y yo le dije: «¡No fui yo! No reclamo ninguna responsabilidad por ese consejo y esa orientación. ¿Qué te dije?».

Yo sólo me dedico a orar, escuchar y seguir. No estoy pensando en guiar y aconsejar a la gente. Frances y yo podemos decirte que a lo largo de los años practicando UCDM y viviendo juntos como un grupo de personas, hay mucha logística que surge para ser considerada. Lo único que nos ha sostenido a todos es «orar, escuchar y seguir». Hemos aprendido a ser 0% analíticos y 100% confiados.

ucdm blog en este tema disfruta del video debajo en el cual David Hoffmeister comparte lo que él hizo y cómo finalmente pudo escuchar la voz de Jesús.